El Agua ocupa un importante lugar en la nueva Agenda para el Desarrollo 2030 donde Naciones Unidas reúne los principales objetivos para la sostenibilidad

Tras los Objetivos del Desarrollo del Milenio creados por las Naciones Unidas con el fin de progresar en el desarrollo sostenible de la sociedad, este pasado mes de agosto se concibió la nueva Agenda para el Desarrollo 2030, la cual toma estos objetivos como referencia para ir más allá y proponer unas metas que den respuesta a las principales necesidades y retos ambientales que tenemos por delante en los próximos 15 años.

Como uno de los recursos más esenciales para el desarrollo social, el agua está muy presente en esta nueva Agenda para el Desarrollo. Por ello en este artículo hemos seleccionado algunos de los principales puntos que se recogen en esta iniciativa, los cuales deben ser la partida de todas las próximas metas del sector del agua tanto en el acceso a la misma, como en la calidad o sus implicaciones medioambientales.

 Los objetivos en la sostenibilidad del Agua

  • Mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, eliminando los vertidos y minimizando la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad la proporción de aguas residuales no tratadas y aumentando el reciclaje y la reutilización segura para 2030.
  • Reforzar el compromiso con la protección de los ecosistemas acuáticos, incluyendo montañas, bosques, humedales, ríos, acuíferos y lagos.
  • Ampliar la cooperación internacional y el apoyo al fortalecimiento de capacidades en los países en vías de desarrollo en las actividades y programas relacionados con el agua y el saneamiento, incluida la recogida de agua de lluvia, la desalinización, la eficiencia en el uso del agua, el tratamiento de aguas residuales, el reciclaje y las tecnologías de reutilización.
  • Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales para mejorar la gestión del agua y el saneamiento.
  • Lograr una gestión adecuada y medioambiental de los químicos y todos los deshechos a lo largo de su ciclo de vida de acuerdo con los marcos internacionales acordados y reducir de forma significativa su liberación al aire, al agua y al suelo con el fin de minimizar sus impactos adversos sobre la salud humana y el medio ambiente.
  • Asegurar la conservación, la restauración y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y de los ecosistemas de agua dulce y sus servicios, en especial de los bosques, los humedales, las montañas y las tierras áridas, en línea con las obligaciones establecidas bajo los acuerdos internacionales