
• El Lago Vivo que desarrolla la Fundación Oceanogràfic se ha convertido en hábitat de una colonia de ranas que han saltado desde el último tramo del Turia
• El Oceanogràfic inaugura un espacio divulgativo de la “albuferización” del centro con tres batracios gigantes y un paso de ranas para advertir a los visitantes del tránsito de los anfibios
En las instalaciones del Oceanogràfic de València existe el lago vivo, una extensión de agua dulce en pleno proceso de naturalización que, desde que se suprimió el tratamiento con componentes químicos, está más vivo que nunca. Las primeras en aparecer fueron las algas, cuyo crecimiento se vio favorecido por la ausencia de sustancias químicas. Esta proliferación, vino acompañada de pequeños insectos que encontraron en este creciente ecosistema un buen refugio. Y para completar el ciclo de biodiversidad llegaron, a saltos desde el tramo final del antiguo cauce del río Turia, ellas… ¡las ranas!, que ya han criado.
Se culmina así parte de un proceso natural de “albuferización” del parque que este viernes se abre al público.
Estos anfibios poseen un curioso ciclo de vida, en el cual se encuentran diversos estadios de desarrollo. Entre los meses de abril y julio tienen la época reproductiva y las hembras depositan una media de 2.300 huevos, que se adhieren a la vegetación para desarrollarse. Los renacuajos resultantes pasan por un proceso de metamorfosis, en el que sufren numerosos cambios hasta convertirse en ranas adultas, tal y como las podemos ver y oír en el lago.
Pero no sólo permanecen dentro del lago, sino que durante las tardes de verano, les gusta cruzar de una parte a otra del lago vivo. Por eso se ha instalado un “Paso de ranas”, emulando el de peatones, para llamar la atención de los visitantes y que sean conscientes de la presencia de estos pequeños anfibios asaltando el pavimento.
Un área natural de paso de aves
Además, estas instalaciones también son utilizadas por algunas especies de aves que la visitan a lo largo de todo el año para lo que supone un área de descanso para las aves migratorias en su viaje anual desde el norte de Europa al norte de África, ya que simula perfectamente las condiciones del Parque Natural de la Albufera y del cauce viejo del Turia.
Para completar el proceso de “Albuferización” del lago, se ha instalado un panel ilustrado informativo con todas las especies autóctonas de la Albufera de València, y que, poco a poco, gracias a los proyectos de recuperación de la Fundación Oceanogràfic, tendrán presencia en las aguas del mayor acuario de Europas samarucs, tortugas, gallipatos, nenúfares, juncos, anguilas…
En el nuevo espacio también se encontrarán las enormes figuras de tres ranas que servirán como “embajadoras” de este rincón autóctono, con una dimensiones de un metro y veinte centímetros realizadas con fibra de vidrio, modelado a mano durante más de un mes de manera artesanal por el taller Thermingart Ovejero S.L., de la familia de artistas Ovejero. Este rincón será inaugurado el viernes 18 de mayo por la presidenta del Oceanogràfic de València, Celia Calabuig, y el presidente del Levante UD, Quico Catalán, junto con las mascotas del equipo granota.
Parte de la labor de conservación de la Fundación Oceanogràfic, no sólo del ambiente marino sino de las aguas continentales, es explicar a todos los visitantes del Oceanogràfic los ecosistemas de humedales. Gracias a la colaboración con la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural y la piscifactoría de El Palmar, se está desarrollando el proyecto de recuperación de especies tan emblemáticas como el samaruc, pez en peligro crítico de extinción.
RANA COMÚN
Especie de anfibio anuro
Nombre científico: Pelophylax perezi
Tamaño: Adultos hasta los 11cm
Coloración: Verde y marrón, con el vientre grisáceo.
Distribución: Endémica de la Península Ibérica y del sur de Francia.
Alimentación: Principalmente invertebrados como moscas, mosquitos y escarabajos.
Longevidad: llegan a vivir hasta seis años.
Reproducción: Poseen un ciclo de vida que empieza en el agua, donde la hembra pone una media de 2300 huevos. De éstos sólo unos pocos sobrevivirán hasta que la larva incubada llegue al estadío de renacuajo. Éste sufre una metamorfosis en la que su respiración branquial se transforma en pulmonar, dando lugar a la rana.