
Juan Luis Pozo asumió, en octubre de 2016, la dirección del Área de Sostenibilidad Corporativa de Global Omnium -Aguas de Valencia-, en el marco del proceso de redefinición estratégica del grupo. Pozo, que se integró
en la organización tras varios años como consultor externo, subraya que la sostenibilidad en la gestión integral del agua “no es una opción, sino una obligación directamente relacionada con la eficiencia hídrica, porque trabajamos con un recurso escaso y tenemos que garantizar que cada gota que sale de la fuente de origen llegue hasta el usuario”.
El grupo celebrará, en octubre, una jornada de ámbito europeo en Valencia, centrada en la eficiencia hidráulica y la huella hídrica. ¿Qué papel juega la sostenibilidad en la estrategia de Global Omnium? La sostenibilidad es un concepto que mucha gente utiliza gratuitamente.
Global Omnium ha apostado por un enfoque transversal en esta materia, que aporta valor estratégico fundamental, dentro de su objetivo prioritario: difundir su conocimiento y experiencia en la gestión del ciclo del agua.
Nuestros recursos hídricos son escasos, sobre todo en la zona mediterránea, debido a las transformaciones en los procesos naturales que conlleva el cambio climático, y tenemos que actuar en consecuencia, con una visión a largo plazo orientada a preservar los recursos para las generaciones venideras.
Se trata de un proceso de transformación del agua física en agua digital, gracias a las tecnologías, dando al ciudadano mayor interacción y seguridad; no es solo garantizar el abastecimiento, sino hacerlo con la máxima calidad y facilitarle toda la información sobre su consumo, para que pueda tomar sus propias decisiones.
Gracias a las tecnologías smart-water cada vez tiene más capacidad de actuación y gestión. Y somos el único sector que hacemos constantemente campañas responsables para que se consuma menos. El
despilfarro tiene costes para todos.
¿Sobre qué bases se ha abordado esa transformación estratégica?
Nos dimos cuenta de que, si queríamos liderar el conocimiento, teníamos que fijarnos y compararnos con las empresas que están haciendo cosas importantes, sean del sector que sean, y abordar nuestros propios desarrollos, para mejorar tanto la gestión como los procesos productivos.
Por ejemplo, en eficiencia energética, nos inspiramos en las empresas del Ibex35 y hemos logrado reducir el impacto del consumo energético en todas las instalaciones. Además, estamos incorporando medidas como el uso de
vehículos eléctricos.
No es una cuestión de tamaño de la empresa. Algunos grupos mucho más grandes que nosotros no lo han aplicado. Se trata de creérselo y de ser proactivos, de tener vocación de liderazgo. Todos los días nos ocupamos de poner los medios para ser cada vez más eficiente.
La ciudad de Valencia se ha convertido en referente en la implantación de tecnologías en gestión del agua, con el mayor parque de contadores inteligentes de Europa.
¿Cómo se abordó este proyecto y qué resultados se han conseguido en materia de eficiencia?
Uno de los grandes proyectos ha sido convertir a Valencia en la ciudad más sostenible de la Unión Europea, y una de las mejores del mundo, en gestión del ciclo del agua, tanto desde el punto de vista de la depuración como del
abastecimiento, con un ratio de eficiencia hídrica que ronda el 85 por ciento.
Es un nivel difícil de superar, aunque el objetivo es siempre llegar al máximo posible. El compromiso es que cada gota de agua que entra en el sistema llegue al ciudadano. Para ello, se ha trabajado en todos los ámbitos, desde la inversión en redes a la implantación de nuevas tecnologías, como la telelectura a través de contadores inteligentes, y en la gestión de los activos, centrada en las infraestructuras. En Valencia, gracias a la telelectura y a
herramientas como Merlín y Tiresias hemos conseguido tener información en tiempo real sobre dónde está cada gota de agua.
Si antes se tardaban días en detectar una avería, ahora se descubre en segundos, lo que permite actuar con la mayor rapidez. Gracias a ello, en 2017 logramos ahorrar unos 200.000 metros cúbicos, en base a la detección temprana de fugas. Además, nuestros sistemas permiten regular automáticamente el abastecimiento ante cualquier problema que se detecte en la red. De hecho, ayuntamientos como el de San Sebastián van a replicar el modelo que ha seguido Valencia.
¿Se ha invertido lo suficiente en España en infraestructuras hídricas?
Una buena planificación de la vida útil de las redes y la inversión en mejoras es fundamental para poder adelantarnos y evitar posibles problemas, con más acciones preventivas que correctivas. En Global Omnium hemos sido
pioneros en Europa, desde hace unos años, en la planificación total de todo el mantenimiento de la red, lo que ha supuesto un trabajo impresionante para calcular la vida útil de cada uno de los elementos que la integran.
Otras empresas de nuestro sector nos han pedido ayuda para abordar este proceso. Nos hemos encontrado con que algunas no tienen ni siquiera un inventario completo de los elementos de su red. Respecto a los municipios,
en muchos casos nos encontramos redes obsoletas por falta de inversión. La antigüedad media ronda los 80 años, teniendo en cuenta que existen grandes diferencias entre unos y otros. Desde el grupo, les ayudamos para
abordar la transición hacia un modelo de gestión de los recursos hídricos más eficiente, partiendo del análisis de la situación real y el horizonte que quieren conseguir, compartiendo conocimientos y tecnología. En general, se define un plan de abajo-arriba, actuando primero sobre las grandes redes del municipio, las principales, y ampliando a partir de ahí.
¿Qué papel juega el ciudadano?
El ciudadano también tiene que asumir su parte de responsabilidad en este proceso de mejora de la eficiencia hídrica. Hay redes privadas antiguas que están perdiendo agua y donde no podemos intervenir. Es el usuario el que
tiene que afrontar la reparación. La concienciación e implicación del ciudadano en esta materia podría ayudar a mejorar entre un cuatro y un seis por ciento el ratio de eficiencia hídrica.
Esa transformación digital de la gestión del agua conlleva, también, nuevos riesgos. ¿Cómo afronta Global Omnium este reto?
Gestionamos infraestructuras críticas y la seguridad es clave. Por eso, la estrategia de sostenibilidad incluye la gestión de riesgos. Somos la primera empresa de nuestro sector en Europa certificada con respecto a la ISO
31000, por el referencial EA31 de Aenor, para su Sistema Integrado de Gestión de Riesgos, desde 2013. Una organización moderna y que se precie de buen gobierno y diligencia tiene que ser capaz de dar respuesta al ciudadano en cualquier situación y garantizar el servicio y suministro ante cualquier contingencia, por grave que sea, con capacidad de reacción ante ataques externos.
Estamos implicados en dos proyectos europeos en materia de seguridad y tenemos herramientas que nos permiten hacer simulaciones. Como grupo, hemos invertido muchos recursos, económicos y humanos, en esta materia. Además, en prevención de riesgos laborales somos ejemplo de buenas prácticas y referente.