28 Ago 2014

MARIOLA

 

La sierra auténtica

Recorrer la más emblemática de las sierras valencianas es rememorar en primera persona la historia de la humanidad en estas tierras. La más auténtica y mejor conservada de nuestra geografía garantiza una experiencia única a los amantes de la naturaleza y a los ávidos de conocimiento. Sus paisajes, su biodiversidad, sus gentes, sus costumbres…Tan próxima y tan exótica, Mariola.


La sierra de Mariola es una de las cadenas montañosas más enraizadas en el imaginario colectivo valenciano. Situada entre las comarcas de l’Alcoià, el Comtat i la Vall d’Albaida, presenta una rica flora en la que destaca, ante todo, la gran variedad de hierbas aromáticas que han sido utilizadas tradicionalmente con fines terapéuticos, pero también en la gastronomía y la elaboración del licor por excelencia de la zona: el herbero.

Igualmente, la abundancia de agua contribuye a generar paisajes de una belleza extraordinaria que, además, varían desde los ocres del otoño hasta el verde de la primavera, los amarillos del verano o el blanco de las nieves del invierno. El río Vinalopó, que riega el interior de la provincia de Alicante hasta Elche y Santa Pola, y el pico del Montcabrer, con 1.390 m sobre el nivel del mar, constituyen dos referencias fundamentales.

La riqueza de la Mariola ha hecho que la presencia humana en su territorio sea constante a lo largo de la historia, y buena muestra de ello son los numerosos yacimientos arqueológicos. Posteriormente, torres de vigía, depósitos de nieve, ermitas o masías suponen, aún hoy en día, un ejemplo de la intensa relación entre el vecindario y el parque natural.


“Mariola es uno de los principales montes del Reyno de Valencia, si sólo atendemos a su altura y vegetales; pero el primero y sin igual si se considera las riquezas que proporciona a los pueblos arrojando hacia todas partes ríos o copiosas fuentes como por especial privilegio de la Naturaleza”

Antonio José Cavanilles

Enclave para la biodiversidad

La sierra de Mariola alberga una gran cantidad de ambientes y por tanto de comunidades vegetales, lo que se traduce también en una importante diversidad faunística. Es así como insectos y otros artrópodos, anfibios, reptiles, pájaros, mamíferos, etc., colonizan bosques, prados, acantilados, cuevas, ríos, balsas, áreas cultivadas e incluso núcleos urbanos. Así en Mariola podemos encontrar, por citar algunos ejemplos de los grupos más presentes, anfibios como la rana común o el sapo común entre otros; reptiles como la lagartija ibérica, la lagartija colilarga y la lagartija cenicienta, alimentándose de insectos y otros invertebrados; el lagarto ocelado, la culebra viperina, la culebra de escalera, la culebra bastarda, la de herradura, la víbora hocicuda, que se alimentan de los anteriores, de micromamíferos y de pequeños pájaros. Entre éstos últimos, y por destacar algunos de los más comunes, hay granívoros como el pinzón, la perdiz o el verdecillo, insectívoros como el petirrojo, el carbonero común y otros páridos, córvidos, pito real, etc.

También se encuentran bien representadas las rapaces, tanto diurnas como nocturnas; así crían y se alimentan especies como el águila real, el águila culebrera, el ratonero, el halcón peregrino, el azor, el gavilán y el cernícalo común; entre las nocturnas se encuentran el búho real, el cárabo, el mochuelo, la lechuza y el autillo.

Cabe destacar la colonia de buitre leonado actualmente en expansión, fruto del proyecto de reintroducción iniciado en 2000, que además ha favorecido la presencia de otras especies como el milano real. Entre los mamíferos cabe destacar el conejo, alimento básico de carnívoros como el gato salvaje, la garduña, la comadreja, la gineta, el difícilmente localizable tejón y los abundantes zorros y jabalís, con notables poblaciones en la zona.