
Agua y civilización, guardianes del medio
Antaño, por el litoral de la Comunidad Valenciana discurría un cordón de zonas húmedas que se extendía, de forma casi ininterrumpida, a lo largo de toda la costa. En él, las albuferas eran unas formaciones naturales típicas, ya que resultaba relativamente normal que las antiguas bahías quedaran incomunicadas con respecto al mar mediante la formación de barreras, como consecuencia de los aportes de arena que depositaban, y aún depositan, las corrientes.El marjal de Pego-Oliva es una antigua albufera que debido al avanzado proceso de colmatación, constituye una extensión uniforme de carrizales con numerosas balsas de agua limpia. Una red de antiguas acequias y canales atraviesa la zona, destacando la presencia de dos ríos que flanquean el marjal: el río Bullent por la parte norte y el río Racons, por el sur.Se ha podido constatar la presencia humana en la zona, desde el Paleolítico medio (hace 30.000 años), pasando por la Edad del Bronce valenciana (3.000 años), encontrándose restos de asentamientos, tanto en las montañas que rodean el marjal, como en la propia zona. Asimismo, posteriores civilizaciones dejaron su impronta en la zona, hallándose restos de caminos de la época romana, así como numerosas aportaciones de la época islámica como norias, acequias, etc… llegando a la reconquista del lugar por los cristianos.
A mediados del siglo XIX, al igual que ocurre en numerosas zonas de la Comunidad, se introduce el cultivo del arroz que perdura hasta 1970, cuando se abandona y se procede a una transformación del terreno. Finalmente, fue en 1994 cuando se reconoce la rica biodiversidad de la zona y su necesaria protección, declarando a este enclave “Parque Natural Marjal de Pego-Oliva” iniciándose así un proceso de conservación y protección que perdura hasta la actualidad.
El agua de lluvia se filtra en la tierra circulando por los ríos subterráneos hasta llegar al acuífero, desde donde aflora a la superficie por los ullals formando ríos
Un conjunto de ecosistemas
Pego-Oliva es en sí mismo una amalgama de ecosistemas que garantizan la supervivencia de numerosas especies animales y vegetales que encuentran en él su último hálito de existencia
Enclavado en la zona con mayor índice pluviométrico de la Comunidad Valenciana, en este parque el agua de lluvia se filtra en la tierra circulando por los ríos subterráneos hasta llegar al acuífero, desde donde aflora a la superficie por los ullals formando ríos. La excelente calidad de sus aguas permite la vida de determinadas especies animales y vegetales muy exigentes ambientalmente, como samaruc, espinoso, gambeta, Myriophyllum, Ceratophyllum y Potamogeton, muchas de ellas en serio peligro de extinción.
El agua procedente de los ríos Bullent y Racons pasa a circular por la extensa red de acequias hasta los marjales, donde predominan los carrizales que rodean las aguas libres. Así, nos encontramos con una gran diversidad de aves (fumarel cariblanco, calamón, ánades, garzas y fochas…) y de especies vegetales como las eneas y los lirios amarillos.
Los pastizales-juncales inundables constituyen otro hábitat representativo del Marjal de Pego-Oliva. Son unos terrenos más elevados que se inundan después de periodos de intensas lluvias. Son el lugar preferido de las especies limícolas y de los ánades para la nidificación.
Por último, señalar el hábitat que forman las montañas que hay dentro del parque natural. Además de ser la zona de recarga del acuífero, es un espacio de gran biodiversidad que alberga una excelente representación de la fauna y vegetación de la baja montaña mediterránea. Destacan los ecotonos, las zonas de transición entre la montaña y el humedal. Espacios en los que conviven e interactúan especies procedentes de ambos hábitats.
El arroz, el gran protagonista
Pese a las difíciles condiciones en las que antiguamente se cultivaba el arroz, éste se ha mantenido hasta la actualidad en unas condiciones más favorables, dando lugar a productos autóctonos de gran calidad. Hoy en día, se cultiva arroz con mucho menos esfuerzo utilizando la tecnología adecuada para estas zonas; aun así, continúan existiendo factores que dificultan estas tareas, como lo son la climatología y el medio físico, que no siempre es favorable. En el marjal han crecido variedades autóctonas de arroz de gran calidad como el bombón y el pegonil, además del extenso cultivo que se realiza de la variedad bomba. Los agricultores están desarrollando desde hace años cultivos experimentales de arroz de cultivo ecológico de hasta 17 variedades que pueden representar el futuro de estos arrozales.