La responsabilidad de las organizaciones, más allá de los grandes “ecos mediáticos”, debe estar encaminada a paliar y solucionar determinados problemas de las regiones donde está presente. Uno de ellos, lacra de numerosas provincias españolas, es el empobrecimiento y desertización de los terrenos afectados por los incendios.


Tras los graves incendios padecidos por la Comunidad Valenciana, en 2012, un grupo de investigadores del Grupo Aguas de Valencia desarrollaron un proyecto piloto para regenerar las tierras afectadas: es el Plan de Aplicación de Abono Orgánico para la mejora de la fertibilidad de los suelos y revegetación de la zona de Alcublas. Los resultados de esta innovadora iniciativa serán el punto de partida para la recuperación de las extensas áreas afectadas por este estigma mediterráneo.


Desde el Área de Residuales, los técnicos están estudiando y evaluando los efectos generados por la aplicación de un abono orgánico, procedentes de las depuradoras y convenientemente tratado en la planta de compostaje de Calles, en terrenos afectados por incendios. El objetivo fijado por el Grupo Aguas de Valencia es el de aportar soluciones al problema de la desertización tras un incendio forestal de gran magnitud, contribuyendo a aumentar la fertilidad de los suelos y su capacidad de revegetación, tanto en parcelas abandonadas como en parcelas de cultivo.

Las motivaciones que contribuyeron al desarrollo de este proyecto, una vez que la zona desapareció de la actualidad informativa, fue la gran magnitud de los incendios –20.000 hectáreas– así como el hecho de poder ayudar a una comarca económicamente deprimida, mediante un producto elaborado en la planta de compostaje citada, a tan sólo 15 kilómetros de la zona afectada.

Para llevar a cabo esta iniciativa con plenas garantías de éxito, el Grupo Aguas de Valencia firmó un convenio de colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), que aportó toda su experiencia en la determinación de los procedimientos científicos del proyecto.


Fertilidad, paso a paso


Las fases del proyecto que está llevándose a cabo son las siguientes:

  • Indicar las parcelas adecuadas para la realización de los ensayos en parcelas afectadas por los incendios, tanto de labor como abandonadas.
  • Realización de analíticas de suelos de los parámetros determinados por el IVIA.
  • Aportación de las cantidades y procedimiento necesarios de compost a las parcelas.
  • Realización de muestreos de materia foliar y, en su caso, de rendimientos para un posterior análisis de las hojas o frutos.
  • Redacción de las conclusiones y memoria anual de los resultados por parte del personal del IVIA.

Los parámetros a observar serán la mejora en la cubierta vegetal y el rendimiento de los cultivos, teniendo en cuenta que para validar la respuesta de las plantas a la aplicación del compost aplicado, al ser un producto de liberación lenta de nutrientes, deberán cumplirse al menos dos campañas.

Una vez concluya la fase experimental de este innovador proyecto, sobre la base de la evolución de los terrenos tratados por el Grupo Aguas de Valencia e IVIA, revolucionará los trabajos de aumento de la fertilidad y capacidad de revegetación de los terrenos arrasados por incendios de gran magnitud.

El objetivo fijado por el Grupo Aguas de Valencia es el de aportar soluciones al problema de la desertización tras un incendio forestal de gran magnitud

Problemática de los incendios


Las condiciones climáticas normales de los ambientes mediterráneos, caracterizadas por una estación de verano larga y seca, con altas temperaturas y baja humedad atmosférica unida a la presencia de gran cantidad de matorral (romero, coscoja, aliaga, lentisco, brezo, etc.), así como fuertes rachas de viento, propician la aparición de graves incendios forestales, como el sufrido en los montes de Alcublas-Andilla, en junio de 2012.

Los incendios forestales tienen un alto impacto negativo sobre los componentes de los ecosistemas, tanto en el medio físico como en el biológico y el humano. Entre otros, cabe destacar la destrucción de la biomasa vegetal, con los consiguientes efectos derivados en la pérdida de biodiversidad y valor económico de la misma.

Por otra parte, al quedar el suelo desnudo de la cubierta vegetal, aumentan los riesgos de su erosión, en el caso de posibles episodios de lluvias torrenciales, y de contaminación de los cauces fluviales, derivada de las partículas del suelo. Otra de sus graves consecuencias es que las elevadas temperaturas, derivadas del fuego, pueden provocar una mineralización de la materia orgánica y una disminución en la actividad microbiológica del horizonte superior del suelo.

Finalmente, otra de las graves consecuencias provocadas por los incendios es el aumento de los gases de efecto invernadero, como el CO2, implicados en el calentamiento global, así como la generación de partículas en suspensión, que pueden afectar a la seguridad vial o la salud de las poblaciones humanas residentes en las proximidades.

[quote style=”boxed”]Junio de 2012 fue un mes triste para el medio ambiente valenciano y español, que perdió gran cantidad de masa forestal. Sin embargo, gracias a iniciativas como la del Grupo Aguas de Valencia, ha comenzado a vislumbrarse un atisbo de esperanza para la recuperación de la feracidad de estas tierras arrasadas y, lo que es más importante, para las gentes que viven en ellas.[/quote]