05 Jun 2013

SERRA D’IRTA

El último litoral mediterráneo

Evocar esta franja litoral es hacer referencia al último tramo virgen, sin edificar, del litoral mediterráneo que separa Francia y Almería. El sustrato de roca calcárea blanca, los espectaculares acantilados litorales, una vegetación característica y un rico patrimonio arquitectónico, se integran de manera armoniosa en lo que antaño debió ser común en todo el levante español.


El Parc Natural de la Serra d´Irta se encuentra situado al Noreste de Castellón, entre los términos municipales de Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis y Alcalà de Xivert-Alcossebre. Está formado por una sierra que discurre paralela a la línea de costa a lo largo de 15 km prácticamente inalterados, en la que podemos encontrar acantilados, playas y calas. Destaca el acantilado de Torre Badum por ser uno de los más altos de la Comunidad Valenciana.

El Parque Natural de la Serra d’Irta y Reserva Natural Marina d’Irta es un lugar privilegiado. Situado en la comarca del Baix Maestrat, protegido en el año 2002, tiene una extensión de 12.000 hectáreas. Está considerado como uno de los parques naturales más fascinantes de la península y es, sin duda, una de las pocas franjas costeras vírgenes. Entre sus rincones destacan calas, playas, abruptos acantilados como el de la imagen y una vegetación y fauna típica de la zona del mediterráneo.


HÁBITATS

La Serra d´Irta está formada por dos alineaciones montañosas paralelas al mar y separadas por el valle de l´Estopet, que alcanzan la máxima altura a 573 metros en el pico de Campanilles.

En el ámbito de la Serra d´Irta podemos destacar tres ambientes:

1.-Litoral

Está formado por las costas rocosas de acantilados medios y costas bajas de playas de grava y arena, siendo uno de los ambientes más interesantes.

La riqueza en la variedad de hábitats hace posible el asentamiento de una interesante diversidad de especies.

2.-Matorral y bosques

Los matorrales litorales y los pinares de pino carrasco son uno de los ambientes de mayor representación en la Serra d´Irta.

El ambiente de matorral litoral agrupa a toda la vegetación típìca de matorral, como el lentisco (Pistacia lentiscus), el palmito (Chamaerops humilis) y la coscoja (Quercus coccifera), en formaciones que varían progresivamente la cobertura.

Las mayores masas forestales arboladas se encuentran en la porción occidental de la sierra, entre los términos municipales de Alcalà de Xivert y Santa Magdalena de Pulpis, en la zona de l´ Ametler.

3.-Agrícola

Estas zonas de cultivo son muy abundantes en toda la sierra, en donde son destacables los numerosos abancalamientos existentes, mayoritariamente ocupados por almendros, olivos o algarrobos. La mayor parte de estos cultivos en bancales se encuentran abandonados, por lo que especies de carácter forestal los han colonizado dando lugar a una mayor variedad de hábitats que repercuten en una mayor riqueza de especies.

FAUNA

En el Parque Natural de la Serra d’Irta destacan como grupo faunístico las aves, por ser el más numeroso y diverso. Las especies que viven en el matorral son las más abundantes, como por ejemplo las diferentes especies de curruca (Sylvia spp.).

También constituyen unas buenas poblaciones las rapaces tanto diurnas como nocturnas destacando el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), el ratonero (Buteo buteo) y el águila perdicera (Circaetus gallicus).

En el ambiente litoral es donde aparecen especies de mayor relevancia. Por estar catalogada como especie vulnerable, está el caso de la gaviota Audouin (Larus audouinii) y por la sensibilidad a la alteración de su hábitat, el cormorán grande (Phalacrocórax carbo).

La población de mamíferos está caracterizada por la mediterraneidad de la zona, siendo todos los grupos de amplia distribución. Destacan la ardilla roja (Sciurus vulgaris), el jabalí (Sus scrofa), el zorro (Vulpes vulpes), la gineta (Genetta genetta) y el tejón (Meles meles).

FLORA

La vegetación de la Serra d´Irta muestra un paisaje típicamente mediterráneo donde predominan los matorrales dominados por el palmito (Chamaerops humilis) y donde las únicas formaciones forestales son pinares de pino blanco (Pinnus halepensis), que han sustituido a los carrascales, vegetación potencial de la sierra. Los pinares de la sierra son arboledas que están acompañadas de lentisco (Pistacia lentiscus) y coscoja (Quercus coccifera).

La flora más cercana al mar se caracteriza por las comunidades de limoniums (Limonium spp.) e hinojo marino (Crithmum maritimum).

Es curioso encontrar en el interior de la sierra una olmeda acompañada de algunos chopos, pero la abundancia de agua en esta zona debido a la confluencia de dos barrancos, lo hace posible.

La formación vegetal dominante es la máquia litoral, formada por el lentisco (Pistacia lentiscus), el espino negro (Rhamnus lycioides) y otros arbustos perennifolios y esclerófilos de hoja pequeña que a menudo dan lugar a una trama de vegetación impenetrable.

Cabe destacar, las magníficas poblaciones de palmito (Chamaerops humilis) únicas palmeras autóctonas europeas que forman la primera barrera frente al mar, así como la existencia de dos microreservas; una de ellas se localiza en Cala Argilaga donde crece el relojillo (Erodium sanguischristi) y la otra en los acantilados de Torre Badum, única microreserva donde crece la saladilla (Limonium perplexum).

Los castillos de la Serra d’Irta

Paseando por la Serra d’Irta, el visitante disfrutará de la belleza del castillo de Peñíscola, del de Xivert y del de Pulpis.

En la cima de la montaña de Xivert, se alza una impresionante fortaleza templaria. El castillo conserva dos partes bien diferenciadas: la zona árabe y la cristiana. La primera de ellas comprende el recinto amurallado externo, obra fechada en los siglos X y XI, de la cual destacan unos grandes lienzos en tapiado con coronamiento de merlones y que se abría por la puerta de Albacar. Dentro se encuentran buenas muestras de la arquitectura doméstica de los moriscos. En la cima de la montaña se encuentra la fortaleza templaria, en la que se pueden distinguir una capilla, establos y otras dependencias.

Por su parte, el castillo de Peñíscola se encuentra en la parte más elevada del peñón que custodia la ciudad, a unos 64 metros sobre el nivel del mar. En el siglo XII, los musulmanes construyeron un puesto fortificado en donde hoy se alza el castillo que los templarios modificaron entre 1294 y 1307. Benedicto XIII realizó con posterioridad pequeñas reformas para transformarlo en palacio papal.

Del conjunto cabe destacar la torre del homenaje, denominada del Papa Luna, de planta cuadrada, con una escalera interior y un pasadizo subterráneo que desciende hasta el mar. Además, este castillo comparte con el Vaticano y el Palacio de los Papas de Aviñón el privilegio de haber sido sede pontificia.

Y, por último, en la Serra d’Irta se alza el castillo de Santa Magdalena de Pulpis. Se trata de un castillo de tipo montano, de planta irregular y recinto único, reformado por los cristianos. Destaca su torre homenaje y la puerta de acceso, así como el paseo de ronda y los lienzos de muralla que han permanecido en pie.